Cuando niño me intrigaba mucho la muerte, me producía mucha inquietud el hecho de no poder comprender lo que significaba eso, de no saber qué pasaba con la persona, o adonde iría. Racionalmente fui comprendiendo que el hecho de morir era solo un estado de transición pasajero y que a la larga uno elegía donde guardaba el recuerdo o el lugar para la persona que había partido.
Sin embargo, ahora pude comprender que significa mucho más, que no cabe sólo en una definición propia y adecuada para sentirse tranquilo. Creo que durante este periodo aprendí a convivir con la vulnerabilidad, nunca antes lo había sentido, o si lo había hecho no lo tomaba en cuenta, pero esta vez fue diferente, ¿y cómo no sentirlo?, si la persona que te había criado, educado y formado con lo mejor de sí y de su cariño ahora no te respondía…el hecho de decir mamá y escuchar silencio puede llegar a ser la experiencia más egoísta que podremos llegar a vivir, y sobre todo si aceptamos que será para siempre.
Hace un mes que se fue mi madre, y con ella se fueron recuerdos, sensaciones, gestos, costumbres, hábitos y rarezas, olores y aromas, se fue la complicidad de conocerse sin decirse todo, se fue la ayuda y la comodidad, se fue la brecha generacional que muchas veces nos llevaba a discutir la vida con miradas distintas, se fue el cariño –que si bien mucha veces le era esquivo- me gustaba recibir y que sabía que estaba ahí.
Creo no arrepentirme de nada, las cosas se van construyendo por períodos y etapas especificas, vivimos esas etapas y todo fue acorde a lo normal, cada cual tan terco como el solo (de ahí nace mi tozudez y mi abnegación por hacer las cosas cuando yo quiero), cada cual con su orgullo enorme, pero conciliador. Mi madre y yo sabemos que dimos lo mejor de sí para crecer juntos…
El recuerdo, la pena y las preguntas del porqué, ahora forman parte de mis huesos, es algo que no se irá, es algo que tiene que estar inserto, es algo que me recuerda que vengo de alguien, de una persona que muchas veces dejo de lado su vida para tomarme de la mano y guiarme.
Ahora que no sé donde está y que sé que no me responderá creo que para el final quería más…
-Estoy tranquilo, agradecido y fortalecido-