2 de enero de 2011

Modernos: duro camino para la capacidad de asombro

Como primer aporte, decidí realizar una entrada que explique en parte mis motivaciones personales para participar en este blog.

Hace poco leía "Brindis por la Modernidad", un texto de Marshall Berman, el cual me empujó a divagar sobre este tema. El concepto de modernidad es creado y ligado profundamente a la idea de “progreso” y, dependiendo del enfoque, apunta a cómo las condiciones internas y estructurales han marcado el camino de individuos, sociedades y humanidad en su conjunto hacia un ideal de bienestar y progreso global, caracterizando cambios socio-culturales constantes por medio de la modernización de la estructura productiva, macroeconómica, política, social, cultural y científica.

Al respecto, Berman comenta: “los ambientes y las experiencias modernas cruzan todas las fronteras de la geografía y la etnicidad, de las clases y la nacionalidad, de la religión y la ideología: en este sentido, puede decirse que la modernidad une a toda la humanidad. No obstante, esta unión es paradójica, es una unión de la desunión: nos arroja a un remolino de desintegración y renovación perpetuas, de conflicto y contradicción, de ambigüedad y angustia”.

Estamos, por tanto, insertos sin remedio en un estado de híper acidez estomacal constante. Sobretodo en nuestro querido continente, hemos vivido una modernización a medias, nuestro paisaje -en cualquiera de nuestros países- muestra grandes rasgos de modernidad y progreso hermanados, de manera aparentemente natural, con las caras más vergonzosas del progreso.

Junto con esto conviven voces mediocres que sostienen que estas “tristes situaciones” son tolerables en la medida que sostienen un nivel de progreso general: la pobreza y la vulnerabilidad, según estas voces, serían características propias del desarrollo global, entendido como un proceso que genera de manera natural (y para estas voces, inevitable) ganadores y perdedores, conformando en mi opinión, un curioso concepto de rentabilidad social.

Interesante, pero a mi no me vengan weas:

- De los 6.791 millones de habitantes del planeta, 2.600 millones viven con menos de 2 dólares al día, de los cuales 1.000 millones viven con menos de 1 dólar al día.

- 1 de cada 3 personas de Latinoamérica viven bajo de la línea de la pobreza. Existen, por tanto, 180 millones de personas en esta situación y más de 70 millones bajo condiciones de extrema pobreza.

- América Latina es la región más desigual del planeta: el quintil más rico de la población posee un 57,1% de la riqueza.

- Durante el año 2009 el HAMBRE en Latinoamérica creció en un 13%: una tercera parte de los niños latinoamericanos se encuentran en estado de desnutrición (unos 17 millones).

- Unos 52 millones de niños son pobres en América Latina y de ellos unos 30 millones padecen hambre, pese a que la región produce más de tres veces los alimentos que necesita.

- En cifras, los niños pobres son hoy más que en 1980, según un estudio de CEPAL y UNICEF…. [es “curiosa” la coincidencia de la fecha con la implementación generalizada del modelo neoliberal en la región]

- Sólo el 51% de las niñas y el 44% de los niños de la edad correspondiente asisten a la escuela secundaria en la región.

Volviendo y apoyándome nuevamente en el amigo Berman: “estos procesos histórico-mundiales provocan una variedad sorprendente de visiones e ideas que tienen como finalidad hacer del hombre y la mujer tanto los sujetos como los objetos de la modernización, darles el poder para cambiar el mundo que los está cambiando a ellos, permitirles entrar al remolino y que lo hagan suyo”.

Pareciera entonces que nos hemos olvidado de la bidireccionalidad de los procesos sociales: somos efecto, somos hijos de la estructura y la corriente nos arrastra, es cierto. Pero, ¿acaso se nos olvidó que también somos causa? Cuando navegamos hay corrientes, pero se rema; nos extraviamos, pero usamos los astros para encontrar nuestra dirección; hay vientos, pero usamos su fuerza para dirigir la embarcación.

Entonces, la dificultad radica en afrontar la cotidianeidad de forma distinta: para remar, debemos decidir remar, decidir que queremos (y debemos) ir a un lado, redefinir nuestra estrategia de supervivencia y funciones básicas: Comer y Cagar, SÍ; Hablar y Hacer, TAMBIÉN. Para ello necesitamos capacidad de asombro: cuestionar, enojarnos, incomodarnos, no estar satisfechos con la dimensión Nosotros de nuestra vida, dicho de otro modo, hacer frente a la Anosognosia.

6 comentarios:

Unknown dijo...

El "escrito" que estaba esperando. Autentico y muy representativo de lo que eres Fatita. Me gusta.

Por otro lado, es este blog de Anosognosia lo que yo pensaba y lo que me temia, un pequeño mosaico de gentes sensible.

Ignacio Pérez dijo...

Max, a que le tienes temor?

Andreuca dijo...

Manchu,

Impactantes cifras de la desigualdad...
"Asombra" ver que la humanidad se jacte de progreso... pero ¿para quién?...
Teniendo la capacidad, habilidad, los recursos y la inteligencia para una sociedad igualitaria y justa para todos... da rabia ver como los sistemas de poder neoliberales se preocupan de desarticular cualquier posibilidad de políticas sociales reales, conciencia ambiental y repartición de la torta en forma equitativa; disfrazando parches como soluciones ilusorias para "casi todos" de manera que queden agradecidos por tan importante limosna o aspirina...

Para enriquecerse el bolsillo y el EGO, necesitan al pueblo empobrecido...

cami butó dijo...

Ok; está claro que en nuestra Latinoamérica se ha generado una modernidad tuerta, torpe e injusta, sin embargo somos un mestizaje de lo que viene de occidente y nuestras propias raíces. Por lo que la pregunta que sigue, para darle la vuelta y no quedarnos en lamentos y cirfras; cómo podemos enfrentarla, y más allá, vencerla?

Un camino... identidad latinoamericana:cómo se conforma el sujeto?, qué nos identifica como cultura? cuál es la memoria histórica que nos recuerda que no somos dependientes de "ellos"?
Hay que pensar que la modernidad no es el gran gigante egoista, podemos sacarle provecho mientras caen los estado-nación que nos dividen.
Da para pensar.. no?
Un abrazo enoorme para ud., qué gusto.

Anónimo dijo...

¿La sociedad moderna? Para mi (ojo, para mi).
Nace a comienzos del siglo XVIII durante la llamada “Ilustración”, ya se que es un periodo largo y con varios movimientos entre medio, pero es para no entrar en mucho detalle. ¿Y por que nace ahí?, porque distintos grupos o agrupaciones sociales se empezaron a plantear el ¿que hace a un hombre mas importante o con mejores privilegios que otro?, y de ahí nace todo el webeo de los derechos individuales y la igualdad social. En resumen el hombre moderno esta en una continua lucha sobre sus derechos individuales y como sujeto inserto en un grupo humano, sus derechos sociales y como animales belicosos nos vamos a los combos y al fusil. Y como este nuevo mono con derechos individuales tiene que pelear por una banana escasa con otros monos y nadie quiere ceder su banana, la individualidad se transforma en algo mezquino, y volvemos al paradigma del hombre antiguo. De ahí la eterna pelea entre el ser individual y el ser social. Para llegar al equilibrio tendríamos que ser todos iguales y tener las mismas capacidades (las inherentes al sujeto, la genética), pero todos sabemos que no es así y el ser individual gana terreno.
Con esta vaga reflección y viendo las noticias en la tele creo que no hay vuelta. Los derechos individuales ganan. Hay que centrarse en uno, su familia y la gente que te rodea y listo. Si eres de los pocos afortunado, lucha por mantenerte, si eres de los otros, lucha por sobrevivir. Siempre ha sido así y no creo que vaya a cambiar mientras seamos lo que somos. Nuestras vidas son cortas y hay que vivir lo mejor que se pueda y no me vengan con ejemplos de los gordos del norte, porque puta que han desarrollado una social y económica casi perfecta a nuestros ojos, pero lo han hecho chupando la sangre a los sures. Poco sirven las tablas y comparaciones con ellos si el sistema fue impuesto por ellos y poco dispuestos estarán de cambiarlo.

Sebastián Arias dijo...

Como equipo nos gustaría saber quiénes son las personas que nos escriben en el blog.

Si fuese posible nos encantaría saber quién escribió el último post.

Saludos.

Sebastián Arias